Día Internacional de la Paz
21 de septiembre
¿Te
parece familiar la expresión “en mis tiempos todo era más tranquilo”? Las
personas mayores cuentan sus anécdotas y a veces resultan increíbles puesto que
en la actualidad nuestra sociedad carece del ambiente pacífico, tranquilo y
seguro que había antes. Mi abuela cuenta que anteriormente podían dejar la
puerta de su casa abierta todo el día sin que corrieran algún peligro y que no
era necesario cerrar con seguros y candados mientras dormían, simplemente por
que las personas respetaban lo ajeno. En el mundo de hoy, ¿dejarías la puerta
de tu casa sin ninguna protección? ¡Claro que no!
Estamos
de acuerdo con que las necesidades cambian, así como los avances tecnológicos y
la vida actual es muy diferente a la de hace treinta o cuarenta años, pero ¿Qué
diferencia hay entre las personas de antes y las de hoy? Se ha perdido el
verdadero sentido de los Valores Humanos, hemos olvidado ser amables,
respetuosos, honestos, generosos, agradecidos, etc., y como consecuencia
vivimos en un mundo inseguro y falto de paz.
Si
queremos cambiar al mundo, debemos empezar por nosotros mismos. Las actitudes
hacen una gran diferencia, hay que reinstalar nuestra sociedad creando un mejor
ambiente para beneficio de nosotros y de las futuras generaciones. Pequeñas
cosas hechas en gran medida, hacen enormes diferencias.
Aunque
no lo creas, ¡Tú y tus actitudes pueden hacer una gran diferencia! Por más
cansado que estés, por más mal que te haya ido en tu trabajo o escuela, por más
terrible que haya sido tu día, sonríele a la vida, todos hemos tenido pésimos
días pero al fin y al cabo seguimos adelante y hacemos nuestra lucha.
¿Tienes
hijos, sobrinos, primos pequeños? Piensa en ellos, no importa cuanto los
regañes o castigues, cuan mal les haya ido en los exámenes, cuantos pleitos
tengan con sus amiguitos, ellos siempre después de haber pasado la situación y
el enojo, te abrazarán y sonreirán, seguirán jugando con sus amiguitos y
seguirán estudiando.
Debemos
ser más como ellos, “me fue mal en el trabajo o en la escuela, pero no es culpa de los que me rodean”, ¡Buen día J! y ¡Gracias J! Son palabras mágicas que
acompañadas de una sonrisa causan un efecto de suavidad, confianza y
tranquilidad en el ambiente. “Estoy cansado pero esa persona necesita más esto
o aquello, que yo”, hay que practicar la empatía, la solidaridad y el respeto.
El
truco de vivir en paz es comenzar con una sonrisa, tal y como lo dijo la Madre
Teresa de Calcuta. ¡Inténtalo! Rompe las cadenas de la rutina y ve desentonando
entre la multitud, poco a poco iremos transformando positivamente nuestra
sociedad.
Celebremos la paz desde este 21 de septiembre hasta siempre... comenzando con una sonrisa J
L.E.E. Karina Berenice García Gutiérrez
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